CRÓNICA: Cananguchal me huele a selva
- Lina Luna
- 13 oct 2020
- 1 Min. de lectura
Cananguchal es el nombre del aeropuerto de Villagarzón en Putumayo. Un nombre extraño para unos y familiar para otros. Viene de una palmera (Canangucho) que se encuentra en esta zona y que bota unas pepas rojas . Esta semilla es la comida preferida de una culebra venenosa llamada canangucha. De ahí salió el nombre para esa terminal aérea que tiene 10 años de construida.
El corazón de Putumayo, como se le dice a Villagarzón, es un municipio con una población cercana a los 15 mil habitantes. Su aeropuerto es la conectividad hacia municipios cercanos como Mocoa (su capital), Orito, La Hormiga, Puerto Guzmán y El Tigre.
Desde esta terminal se adelanta lo que se denomina vuelos de Estado; es decir tanto la Policía como el Ejército lo utilizan frecuentemente para temas de orden público, erradicación aérea, transporte de erradicadores y abastecimiento de alimentos.
También tiene vuelos comerciales y la buena noticia es que ya reiniciaron las operaciones en esta terminal con la ruta Bogotá- Villagarzón- Bogotá.
En este momento el Cananguchal tiene más de 18 operaciones aéreas diarias, nos cuenta su administrador Anselmo Cárdenas, un capitán retirado del Ejército que lleva más de 31 años trabajando en la Aerocivil de los cuales 10 han sido en este aeropuerto.
“Para donde me manden allá me voy; duré muchos años como administrador en el aeropuerto de Garzón Huila; allá está mi familia. Posteriormente me trasladaron a este aeropuerto que, en mi opinión ,tienen mucha fortaleza” dice Anselmo y agrega: “Quiero mucho a la Aeronáutica Civil, le debo todo lo que tengo y le doy las gracias”
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