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CRÓNICA: Impacto y fuera

  • Lina Luna
  • 27 oct 2020
  • 2 Min. de lectura

Los aeropuertos del país están rodeados, en su gran mayoría, de árboles, zonas verdes, montañas y en muchos, selva tropical y mar.

El personal aeroportuario mantiene las áreas limpias y organizadas para la seguridad de las operaciones aéreas y la llegada con éxito de todas las aeronaves.

Sin embargo existen, tanto en el cielo como en la tierra, animales peligrosos que si no se controlan pueden arriesgar estas operaciones y generar desastres en la aviación comercial.

Quién imaginaria que una guacamaya, una garcita bueyera, un gallinazo o una golondrina estén reportadas, en los informes de la Aerocivil, como animales de extrema peligrosidad. Pues sí, en eso se convierten estas aves cuando su lugar preferido o de paso son los aeropuertos del país o lugares cercanos que están rodeados de basura y desperdicios que se convierten en comida para  estas aves o animales silvestres.

La historia de la aviación en el mundo ha tenido muchos acontecimientos con incidentes y accidentes que han ocasionado hasta la muerte de pasajeros y destrucción de aeronaves por impactos con algunas de estas aves.

Cuando un ave se choca contra una aeronave lo que sigue a continuación es la salida del aparato para verificar si hubo daño y hacerle el correspondiente mantenimiento; como quien dice “impacto y fuera”

Son muchas personas las que atienden este tipo de riesgos, desde los propios controladores aéreos hasta los biólogos y trabajadores sociales encargados, en las terminales aéreas, de hacer el control aviar, como se dice técnicamente.

El equipo de control de fauna de la Aerocivil tiene una tarea difícil y de mucha responsabilidad. Aquí no solo deben trabajar con estos animales sino también con los habitantes cercanos a los aeropuertos para la concientización en la disposición de los desperdicios de comida y basura en general, que llama la atención de aves carroñeras u otros animales poniendo en riesgo la salida o entrada de los aviones.

Pero cómo hacen para dispersar estas aves? Pues no es con una escoba, trapo o bandera blanca, la cosa es más ruidosa. Los encargados del control aviar saben ya la hora, el lugar y el momento en el cual deben iniciar la operación. Como parte de sus herramientas de dispersión cuentan con pólvora, tortas pirotécnicas, voladores y otros elementos de este estilo.

Tienen también otras formas de  alejamiento como drones, jornadas de rocería, control de nidos de culebras y avispas y trabajos de sensibilización con las comunidades aledañas a los aeropuertos.

La mayoría de los biólogos que trabajan en los aeropuertos haciendo el control aviar, dicen que esto es un trabajo bonito porque contribuyen al conocimiento de la biodiversidad de fauna que está restringida en estas áreas  y que además están aportando, no solo a la seguridad de los pasajero, a la economía del país,  sino también a tener un mundo mas equilibrado.

 
 
 

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