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CRÓNICA ¿Quién observa al aeropuerto de Buenaventura?

  • Lina Luna
  • 5 oct 2020
  • 2 Min. de lectura

Con los ojos bien abiertos y arrastrándose por el suelo, este animal de más de un metro de largo recorre, muy a menudo, la cabecera de la pista del aeropuerto Gerardo Tovar López de la ciudad de Buenaventura.

Son las 7 de la noche,  hora de hacer la ronda por las instalaciones de esa terminal aérea. El mayor peligro al que se puede enfrentar el guarda de seguridad de este aeropuerto,  Eulogio Caicedo,  es a encontrarse con una serpiente de mal carácter, prevenida y muy venenosa llamada la X o Mapaná.

Su color amarillo pálido que sobresale de su mandíbula y sus 4 kilos de pesos harían correr a cualquier personas que se la encuentre de frente. Sin embargo, en esta terminal aérea, el cuidado y la protección de las instalaciones mantiene alejada a esta víbora de muy mala fama en países como Colombia.

Esa belleza exuberante de la selva que rodea al aeropuerto , esconde a este animal de color oliva, marrón, beige, gris o amarillo, que está listo para cazar, preferiblemente en  horas de la noche, a su presa. El gusto de su paladar está enfocado en animales de sangre caliente que comparte su hábitat.

Cuatro veces al año se poda el prado como parte de las medidas preventivas, sin embargo no es suficiente por la cantidad de lluvia que cae en la zona, lo que genera un crecimiento rápido del pasto  y por lo tanto una guarida perfecta para la Mapaná. La meta ahora es incrementar el número de podas, incluir el control aviar y de fauna de la Aerocivil  y convivir con respeto y mucha seguridad con estos animales.

El Aeropuerto de Buenaventura existe y la X es uno de sus visitantes preferidos.

 
 
 

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